Durante julio, un equipo de investigadores, voluntarios y miembros del núcleo regional ROC de Los Lagos llevó a cabo una expedición a la Isla Grande de Chiloé, en busca de una de las aves limícolas más enigmáticas del mundo: la becacina grande (Gallinago stricklandii).
Dicha expedición tuvo como objetivo comprender mejor la ecología de esta especie, confirmar su presencia durante la temporada invernal y evaluar las condiciones de su hábitat en las turberas del sur de Chile.
Para esto, entre los días 2 y 7 de julio, el equipo compuesto por Matias Gutiérrez, Franco Villalobos, Amanda Luchsinger, Ariel Águila, Gianinna Oyarzun y Bernardita Muñoz, recorrió turberas de tipo esfagnosas, graminoides, pulvinadas y mixtas, en los alrededores de Huillinco, Parque Tepuhueico, Chadmo y Cuenca del Lago Tarahuín, cubriendo más de 145 hectáreas a través de una metodología de transectos con cuerdas y recorridos zigzag.

Asimismo, el equipo se encargó de describir los ambientes observados durante la búsqueda, las potenciales amenazas para la especie y sus características, junto con la instalación de cámaras trampas en sectores clave.
La expedición comenzó de la mejor manera, ya que durante el primer día de búsqueda en turberas cercanas a la localidad de Huillinco -comuna de Chonchi-, el equipo logró registrar un individuo de becacina grande, que voló a unos pocos metros del grupo. En esta ocasión, el ave no emitió vocalizaciones al vuelo alejándose hasta las cercanías del bosque con abundante presencia de quila, en el límite entre éste y la turbera. Este hallazgo es significativo, pues ocurrió en el mismo sitio donde un equipo ROC había registrado la especie en invierno de 2024.


Durante los siguientes días la expedición continuó en otros sectores de Chiloé. En el caso del Parque Tepuhueico, guardaparques facilitaron el ingreso a cuatro turberas que fueron prospectadas en zigzag debido a una mayor densidad de vegetación arbórea. Posteriormente el equipo recorrió 60 hectáreas de turberas en la ribera sur del Río Tarahuín, algunas de ellas severamente alteradas por la extracción histórica de musgo y drenajes que modificaron drásticamente el ecosistema.

En Chadmo, el equipo recorrió turberas que destacaron por la presencia de bosque siempre verde, con abundantes parches de ñirre (Nothofagus antarctica), líquenes como Cladonia arbuscula, plantas del género Empetrum, entre otras. En cuanto a amenazas, se registró la presencia de perros y ganado, en el lugar que pueden afectar negativamente a la becacina grande.

Luego de varios días recorriendo distintos sectores y ambientes adecuados, el equipo pudo identificar a un individuo de becacina grande emitiendo vocalizaciones en vuelo en un sector adyacente a una turbera de tipo mixta, cerca de Huillinco. Este evento ocurrió en horario crepuscular, momento en el cual algunos ejemplares becacinas comunes (Gallinago magellanica) también se encontraban realizando despliegues en el aire.
Registro inesperado en Puerto Montt
Durante los últimos momentos de la expedición y mientras parte del equipo se movilizaba en Puerto Montt se obtuvo un registro inesperado: un individuo de becacina grande fue observado durante varias horas en un terreno anegado, cercano a viviendas en el sector de Bosquemar. Este hecho resulta especialmente significativo, pues amplía la comprensión sobre los ambientes que la especie puede utilizar y genera mayores incógnitas sobre su distribución invernal en la región de Los Lagos, al mismo que motiva a la comunidad a prospectar distintos sitios para su búsqueda.
Al momento del registro el ejemplar se encontraba tranquilo y alimentándose a nivel de suelo en una zona anegada y rocosa. Para sorpresa del equipo, el individuo fue reavistado en el mismo sector unas semanas después.
Aprendizajes y proyecciones
Gracias a esta expedición se obtuvieron nuevos antecedentes de la presencia invernal de la becacina grande en la región de Los Lagos, además de recopilar antecedentes sobre el uso de nuevos ambientes por parte de esta desconocida ave. Esto no sólo aporta nuevos conocimientos, sino que también amplía el espectro de ambientes para la búsqueda de la especie en la región de Los Lagos como en otras regiones del sur de Chile.

La campaña además permitió caracterizar la “calidad de las turberas” ya que, si bien muchas de las recorridas se mantienen en buen estado de conservación, otras enfrentan amenazas crecientes como la extracción Sphagnum, drenaje, presión ganadera y presencia de perros, entre otras.
El proyecto “Becacina Grande” no sólo busca enriquecer el conocimiento relacionado a la historia natural de la especie, sus movimientos migratorios, distribución y amenazas, sino que también busca involucrar a la comunidad de observadores y observadoras de aves en la búsqueda de sus potenciales zonas de invernada dentro del país, así como también a registrarla en plataformas de ciencia ciudadana como eBird, para lograr que la información existente sea de utilidad para la protección de sitios.