Cerro San Cristóbal – octubre 2025

Nuestra salida de iniciación de octubre nos trajo de vuelta a un viejo favorito, en el Cerro San Cristóbal, por el lado de Providencia.

Nos reunimos en la entrada de Pedro de Valdivia, en lo que prometía ser una jornada calurosa primaveral junto a 24 asistentes. Repartimos binoculares para quienes no tenían, hablamos de las marcas de campo, del gran potencial para observar aves en este lugar y comenzamos a subir. ¡A pajarear con todo! Avanzamos hasta el área de reforestación con árboles nativos, donde vimos tordo de cerca, codornices a lo lejos y nuevamente no logramos encontrar al chuncho del lugar. Nuestros oídos nos ayudaron a detectar al chincol, al chercán y a un solitario fío-fío.

Ingresamos al Jardín Mapulemu, donde lo primero en recibirnos fue una tenca y su canto multifacético, toda una interpretación vocal que incluía referencias al fío-fío, carpinterito y hasta cernícalo. Mientras la tenca nos asombraba, los ojos agudos de unos asistentes divisaron algo volando a lo lejos, ¡era un cóndor! Una especie que nunca habíamos visto en nuestras 52 salidas de iniciación en la Región Metropolitana. El día caluroso estaba valiendo completamente la pena.

Al avanzar un poco más en el jardín escuchamos un par de tijerales que posiblemente alimentaban a un polluelo, vimos cópula de dos tordos y vimos de cerca a una pareja de codornices. Aprovechamos esto para hablar de los códigos de reproducción de eBird.

Un joven macho de rara apareció para representar a su especie en nuestra salida, mostrándonos su predilección por las hojas y las flores. Aún no tenía su ojo de color rojo como un adulto, pero ya se notaba que su pecho comenzaba a colorearse, además de su mancha blanca en el ala.

Cuando llegamos a la Plaza Centenario, a las afueras del Jardín Mapulemu, tuvimos unos minutos para descansar y escapar un rato del sol. Decidimos devolvernos por el mismo jardín, dejando el mirar la ladera norte para una próxima salida. Antes de emprender el retorno, un agudo sonido advirtió la presencia de un pichón de zorzal, el que pedía insistentemente a su madre que le diera comida. Los pudimos mirar un buen rato, en el cual notamos que ya estaba relativamente grande y que sabía más o menos cómo se cazaban las lombrices. Además, su madre no siempre le entregaba el alimento directamente, sino que lo dejaba en el suelo luego de sacarlo.

Al finalizar el recorrido habíamos registrado 22 especies en nuestras listas de eBird:
https://ebird.org/checklist/S280071007
https://ebird.org/checklist/S280124730

¡Agradecemos la participación de los asistentes y esperamos ver a más personas en nuestra próxima salida de iniciación ROC!

~ACF