Desde 2020, cada 19 de junio se celebra el Día Mundial de los Albatros, instaurado por el Acuerdo para la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP), siendo una instancia para dar a conocer y concientizar sobre las amenazas que enfrentan estas especies.
El tema para abordar este año es “los efectos de las enfermedades”, con el objetivo de visibilizar el alarmante impacto que tienen las enfermedades y en particular la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (gripe aviar), sobre poblaciones vulnerables de albatros y petreles.
Los albatros son aves marinas de gran tamaño que pasan la mayor parte de su vida en el mar, recorriendo largas distancias por todo el mundo en busca de alimento y pisando tierra sólo para reproducirse, anidando en islas remotas.
Estas aves pelágicas, se distribuyen por el océano Antártico, el océano Atlántico Sur y el océano Pacifico, y poseen diversas adaptaciones a la vida en el mar, tales como enormes alas (de hasta 3.5 metros en el albatros errante) que les ayudan a planear siguiendo las corrientes, patas palmeadas para bucear y desplazarse en la superficie marina.
En el caso de Chile, se han registrado 13 especies de albatros en el país (con un total de 20 especies a nivel mundial), siendo la corriente de Humboldt la explicación a su alta presencia, pues allí encuentran aguas que presentan una gran riqueza de nutrientes y de otras especies que les sirven de alimento, como calamares, peces y crustáceos.
Las especies que se han observado en Chile son el albatros de ceja negra, albatros de Salvin, albatros de Buller, albatros de Chatham, albatros de cabeza gris, albatros de frente blanca (visitante escaso), albatros real del norte, albatros real del sur, albatros errante, albatros de las Antípodas, albatros de manto claro, albatros oscuro (escaso en aguas chilenas pero presente en Cabo de Hornos) y albatros de las Galápagos.
De esta manera, varios albatros presentes en Chile se encuentran en categorías de amenaza, como por ejemplo, el albatros de cabeza gris, albatros de Salvin, albatros real del sur y albatros de Chatham (Vulnerable), el albatros real del norte (En Peligro) y el albatros de las Galápagos (En Peligro Crítico) de acuerdo al reglamento de clasificación de especies (RCE). Siendo algunas de sus principales amenazas, el plástico presente en los océanos, la captura incidental y también la llegada de los humanos a las islas donde nidifican los albatros, lo que derivó la presencia de especies introducidas como perros, gatos y ratones en sus hábitat, afectando a polluelos y huevos.
Enfermedades y virus que afectan a los albatros
Actualmente, estas aves se enfrentan también a nuevas amenazas, como las enfermedades emergentes. Los patógenos y las enfermedades derivadas de éstos muchas veces suelen ser sub-diagnosticadas en aves marinas, debido a la dificultad de acceder a sus sitios de nidificación y a que los esfuerzos de conservación priorizan otras amenazas, como la remoción de especies invasoras o la interacción con pesquerías.
Sin embargo, de acuerdo con Pablo Gutiérrez Maier, profesional ROC especialista en aves marinas, se han realizado diversos estudios en Procellariiformes, especialmente en especies de albatros, que dan cuenta de eventos de mortalidad atribuibles a patógenos transmisibles.
Esta situación ocurre porque “las colonias de albatros proveen un escenario de fácil transmisión para los patógenos, debido a la cercanía que hay entre los ejemplares para nidificar, en cuyos casos involucran a cientos o miles de individuos agrupados. Algunos ejemplos de éstos patógenos son la cólera aviar, transmitido por la bacteria Pasteurella multocida, a la cual se le ha atribuido mortalidad en crías y algunos adultos de Albatros de pico fino del Atlántico (Thalassarche chlororhynchos) y Albatros de Amsterdam (Diomedea amsterdamensis), pudiendo afectar también al Albatros oscuro (Phoebetria fusca). Asimismo, diversos ectoparásitos como garrapatas, piojos y ácaros suelen convivir con varias de las especies de albatros del mundo de manera regular, pudiendo afectar de manera negativa sólo a algunos ejemplares inmunológicamente débiles”, explica Pablo.
En cuanto a los virus, los mayores eventos de mortalidad en albatros corresponden a los recientes casos de Influenza Aviar (HPAIV). “Este virus ha generado efectos significativos en algunas especies, tales como el reporte de la temporada 2023/2024 de más de 10.000 polluelos y decenas de miles de adultos fallecidos de Albatros de Ceja Negra (Thalassarche melanophrys) en Islas Malvinas. Registrándose también la mortalidad de más de 50 adultos del amenazado Albatros Errante (Diomedea exulans) en Georgias del Sur. Los efectos de estos brotes en diversas especies de albatros del hemisferio sur aún están en estudio”, cuenta.
La transmisión de este virus (familia Orthomyxoviridae) es compleja, ya que puede ser esparcida desde granjas avícolas de producción y luego transmitida por otras aves y mamíferos al medio ambiente, llegando eventualmente a remotas islas de difícil acceso a través de aves carroñeras o oportunistas como los salteadores y gaviotas que se movilizan tanto al continente como a las colonias de aves marinas.
En este contexto, la ciencia ciudadana se convierte en una herramienta fundamental para la conservación de los albatros. A través del monitoreo participativo y el uso de plataformas como eBird e iNaturalist, donde cualquier persona puede aportar al conocimiento y vigilancia de la biodiversidad en Chile. Así, estos valiosos registros fortalecen una red de información que apoya el trabajo científico y permite comprender mejor el estado de nuestros ecosistemas marinos.
Es por esto que en el caso de observar albatros, es muy importante que puedas registrar tus avistamientos y subir fotografías en plataformas como eBird e iNaturalist, contribuyendo así a conocer mejor su distribución, abundancia, comportamientos, plumajes y movimientos. ¡Cada aporte cuenta para la conservación de los albatros!.
