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Expedición invernal: en búsqueda de la becacina grande en Chiloé y Magallanes

La becacina grande (Gallinago stricklandii) es una de las aves más raras de Sudamérica y el mundo debido a sus hábitos y distribución en lugares extremos del país que dificultan verla y estudiarla. Por esta razón, profesionales ROC junto al apoyo Manomet, realizaron dos expediciones simultáneas en el sur del país con la finalidad de visitar los potenciales sitios de invernada, determinar movimientos migratorios y describir el ambiente utilizado por la especie durante el año.

Tal como lo mencionamos anteriormente, la becacina grande es un ave limícola de 36 cm de longitud que habita zonas de vegetación densa y húmeda en bosques australes, fiordos e islas de difícil acceso en Chile y zonas aledañas de Argentina

Físicamente es de mayor tamaño que la becacina común (Gallinago magellanica), destacando también un plumaje de tonos más oscuros, pico de base ancha, rectrices pardas y distintas vocalizaciones. Es de hábitos mayormente terrestres, pasando desapercibida por su camuflaje críptico y ambiente aislado. Debido a estas condiciones, se desconocen aún muchas de sus características biológicas, incluyendo sus movimientos migratorios y posibles zonas de invernada. 

becacina grande – Sebastián Saiter

La mayor cantidad de registros de la especie se ubican entre las regiones de Aysén y Magallanes durante primavera-verano. Sin embargo, ha podido ser observada en algunas oportunidades en otoño-invierno en zonas septentrionales del país (más al norte) y periurbanas, llegando incluso hasta Chiloé

La frecuencia y temporalidad de dichos hallazgos han llevado a investigadores e investigadoras a la hipótesis de que la becacina grande puede realizar migraciones regulares durante el periodo no reproductivo, lo cual hasta ahora aún se encuentra en estudio. Por esta razón, la ROC junto al apoyo Manomet, han llevado a cabo un proyecto que busca estudiar a la becacina grande en Chile, teniendo como objetivos prospectar potenciales sitios de invernada, determinar los posibles movimientos migratorios, determinar y describir el ambiente utilizado por la especie durante el año. 

Turbera, Isla Riesco – ©Pablo Gutiérrez
Huillinco, Chiloé – ©Eduardo Quintanilla y Bernardita Muñoz

Durante principios de julio, se realizaron dos expediciones simultáneas en el sur del país visitando zonas de ambiente potencial para la presencia de la becacina grande durante su invernada

En la región de Magallanes el equipo fue conformado por Pablo Gutiérrez y Sebastián Saiter, quienes recorrieron los sectores de San Juan, Río Verde e Isla Riesco. Mientras que en la Isla Grande de Chiloé, el equipo conformado por Eduardo Quintanilla y Bernardita Muñoz, visitó diferentes sitios en la localidad de Huillinco, Chonchi. Ambos grupos recorrieron zonas de pastizal húmedo, bosques inundados, turberas y sotobosques, describiendo los ambientes observados, sus potenciales amenazas y características de la especie. 

Turbera, Isla Riesco – ©Pablo Gutiérrez
Pastizal inundado, Isla Riesco – ©Sebastián Saiter

Resultados de la expedición 

El equipo de Magallanes pudo detectar 1 ejemplar de becacina grande durante la expedición, dando cuenta de la presencia de la especie en el sector, los desafíos para su búsqueda y el hábitat específico asociado. 

Entre las amenazas detectadas se registró la presencia de ganado (bovino y equino) en la gran mayoría de los sectores prospectados, pudiendo ser un factor relevante que inhibe la presencia de la becacina grande. El ejemplar fue detectado en una zona de pastizal húmedo de junquillo con borde de matorral denso de chaura (Gaultheria mucronata) y bosque achaparrado de ñirres (Nothofagus antarctica) y calafates (Berberis sp.), los que le brindan protección del viento y potenciales depredadores.

Turbera en Huillinco, Chiloé – ©Eduardo Quintanilla y Bernardita Muñoz
Turbera húmeda donde se encontró becacina grande – ©Eduardo Quintanilla

Mientras tanto, el equipo de Chiloé durante los cinco días de expedición pudo observar 2 ejemplares de becacina grande en distintos sitios, logrando confirmar la presencia de la especie en invierno y los ambientes apropiados en la región de Los Lagos. Los individuos fueron detectados en turberas que se encontraban en muy buen estado de conservación, donde predominan Sphagnum y plantas del género Empetrum, adyacentes a bosques siempreverdes y cipreses de las guaitecas (Pilgerodendron uviferum). Estos ambientes no estaban bajo presión humana y tampoco de bovinos, no obstante, algunos sitios sí presentaban varias amenazas como extracción de pompón (Sphagnum) y presión ganadera, en los cuales no había indicios de la presencia de la especie. 

Entre los depredadores potenciales se pudo confirmar la presencia de Gato Güiña (Leopardus guigna), Vari (Circus cinereus),  Peuquito (Accipiter chilensis) y perros domésticos. 

A pesar de conseguir toda esta información en la expedición, la becacina grande sigue siendo una especie desconocida, por lo que la finalidad de estos trabajos en terreno tienen como objetivo contribuir en su conocimiento, pero al mismo tiempo desea motivar a la comunidad de observadores de aves a buscarla en sus potenciales zonas de invernada dentro del país, así como también registrarla en plataformas de ciencia ciudadana como eBird, para lograr que la información existente sea de utilidad para la protección de sitios.

Bosques inundados, Río Verde – ©Pablo Gutiérrez
Huillinco, Chiloé- ©Eduardo Quintanilla y Bernardita Muñoz