¡Inicia la temporada reproductiva del pilpilén común en la Bahía de Coquimbo!: conoce la importancia del monitoreo de aves playeras

Cada primavera, la zona norte de la Bahía de Coquimbo se convierte en un sitio clave para la reproducción del pilpilén común (Haematopus palliatus), una de las aves playeras más emblemáticas del litoral chileno, reconocible por su plumaje negro y blanco y característico pico rojo.

Dicha especie, comparte este frágil hábitat con el chorlo nevado (Anachrynchus nivosus), una pequeña ave playera de plumaje claro y patas negras que también nidifica sobre la arena y se confunde con el paisaje. Dada la presencia del pilpilén común, es que la Bahía de Coquimbo ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional por su importancia regional para las aves playeras residentes y migratorias, siendo designada como sitio de importancia RHRAP y parte de la Estrategia de Conservación de las Aves Playeras de la Ruta del Pacífico de las Américas.

Específicamente, el pilpilén común ha sido determinante para esta denominación, ya que en esta bahía se han registrado conteos de más de 440 individuos en verano y más de 630 en invierno, lo que representa más del 3,4% y 4,8% de su población biogeográfica, superando el umbral del 1% requerido para la designación RHRAP. La presencia del chorlo nevado, si bien es más acotada, refuerza la importancia de este entorno natural como un lugar donde distintas especies buscan reproducirse y proteger a sus crías.

Pilpilén común – Geraldine Holtmann

El pilpilén común nidifica en playas y dunas costeras desde agosto hasta abril aproximadamente (variando según la latitud), donde deposita de dos a tres huevos en una pequeña depresión en la arena, sin ningún tipo de protección o construcción, quedando altamente expuesto a numerosas amenazas. Actualmente, se encuentra clasificada en la categoría de Casi Amenazada por el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE), esto debido a que su éxito reproductivo ha disminuido considerablemente en las últimas décadas debido a las amenazas presentes en su ambiente, tales como vehículos motorizados y perros de libre deambular que depredan huevos y polluelos.

A estas amenazas, se le suman la expansión urbana en la costa chilena y las distintas perturbaciones de origen antrópico que se realizan con mayor frecuencia durante la temporada primavera-verano, afectando el descanso, alimentación y reproducción de esta y otras aves playeras.

El valor del monitoreo de aves playeras y la participación comunitaria

Es por esto que, durante la temporada 2023-2024 y 2024–2025 (septiembre-abril), una iniciativa liderada por la ROC y el Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo, a través del Programa de Becarios para Soluciones Costeras llevó a cabo un monitoreo de nidos de pilpilén común y chorlo nevado, cubriendo dos tramos comprendidos desde el Faro de La Serena hasta Caleta San Pedro y desde Serena Golf hasta Punta Teatinos, en la comuna de La Serena.

“En la temporada 2023-2024 iniciamos el monitoreo de la nidificación del pilpilén común en el tramo costero comprendido entre el Faro y la Caleta San Pedro, en La Serena, en el marco de un esfuerzo colaborativo entre el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte-Programa de Soluciones Costeras de la Universidad de Cornell y la ROC. En la temporada 2024-2025, el área monitoreada se amplió a la zona norte de la bahía. Este trabajo buscó dar continuidad y fortalecer el esquema de monitoreo desarrollado en años anteriores por organizaciones como RedAves. Bastián Fernández estuvo a cargo del monitoreo, quien registró datos que permitirán identificar las áreas con mayor densidad de nidos y las amenazas que enfrentan, como la presencia de vehículos motorizados, perros o la presión ejercida por las personas en un sector muy visitado. Los resultados obtenidos permitirán fortalecer las acciones de protección de esta especie, y a mejorar la toma de decisiones para su conservación. Además, en el proceso se buscó generar sinergia con los actores y organizaciones comprometidas con la protección del ave insignia de La Serena”, indica María Valladares, del Instituto de Políticas Públicas de la UCN Coquimbo-Programa de Soluciones Costeras.

Bahía de Coquimbo – María Valladares

Durante la temporada 2024-2025 (septiembre-abril), en este extenso recorrido se identificaron 153 nidos activos de Pilpilén común (Haematopus palliatus), 63 nidos en el tramo El Faro a Caleta San Pedro y 90 nidos entre Serena Golf y Punta Teatinos.

Pero junto con los registros positivos, también se identificaron múltiples amenazas que comprometen seriamente el éxito reproductivo de estas aves, siendo uno de los principales riesgos detectados durante los monitoreos, el ingreso de vehículos motorizados a zonas de playa, una práctica que es sancionada bajo la Orden Ministerial Nº2 del Ministerio de Defensa dado el daño que genera en ecosistemas frágiles y en particular sobre nidos y polluelos, que resultan prácticamente invisibles desde un vehículo en movimiento.

“El monitoreo de nidos no solo permite levantar información valiosa sobre el estado reproductivo de las aves playeras, sino que también alerta sobre amenazas en tiempo real y genera insumos fundamentales para la gestión y protección efectiva de los sitios que habitan”, cuenta Geraldine Holtmann,  Gestora Territorial ROC.

En este sentido, Laura Valdivia de RedAves, quien desde 2021 se dedica al monitoreo, protección y educación en torno a los nidos del pilpilén común en la desembocadura del río Elqui, ha sido testigo de las variaciones en abundancia, amenazas y condiciones del entorno.

“Desde que junto con organizaciones como Elqui Verde y el apoyo de CONAF comenzamos a cercar áreas, ahora los pilpilenes nidifican dentro del cerco, ya no se van a la playa, sino que lo hacen en las dunas. De alguna manera ellos han entendido dónde pueden estar seguros y dónde no. Sin embargo, las amenazas en otros sitios siguen estando presentes, nos dimos cuenta en temporadas pasadas que la invasión de perros es tremenda, casi no dejan nidos, así que nos enfocamos en educar a la gente. Otra gran amenaza son los hilos de pescar que quedan en el ambiente y se les enredan en las patas a los pilpilenes. En cuanto a la temporada 2025, apareció otra amenaza que son el arriendo de caballos para pasear, los que se desplazan dentro de los cercos. Mortifica mucho saber que todos los esfuerzos que haces al final no tienen buen puerto, pero obviamente hay que mantenerse para hacerlo visible, y estar constantemente en el lugar para que la gente sepa que hay alguien cuidando”, cuenta Laura de RedAves.

Voluntarios instalando cercos de exclusión y monitora ambiental Bahía de Coquimbo

Al igual que Laura, Bastián Fernández, estuvo a cargo del monitoreo de nidos de la temporada anterior. Gracias a su trabajo, se identificaron sectores críticos, se registraron amenazas recurrentes y propusieron medidas concretas de mitigación de amenazas como la instalación de cercos de exclusión.

“Los monitoreos han sido de gran importancia, ya que su ejecución ha logrado levantar información concreta respecto a la población total de esta especie e identificar cuán amenazada está. También, a través de los monitoreos se ha logrado reunir datos sobre donde se concentran los nidos, convirtiéndose en información útil que se puede compartir con los tomadores de decisiones para que sean consideradas en los planes reguladores, con el objetivo de lograr una buena planificación territorial y una buena gobernanza costera, que considere estos sitios de nidificación como áreas de gran importancia para la reproducción, alimentación y descanso de estas aves costeras”, cuenta Bastián Fernández.

Pilpilén común (polluelo) – Geraldine Hotlmann

En dicha temporada, el sector de Serena Golf concentró la mayor cantidad de nidos registrados en toda la bahía. Allí, las vecinas y dirigentes de la Junta de Vecinos, Lina Céspedes y María Luisa Arroyo, han sido testigos del ciclo de vida de estas aves playeras y se han involucrado activamente en su resguardo, informando, señalizando y concientizando a vecinos y visitantes.

“El trabajo que la JJVV Serena Golf ha realizado junto a la ROC y voluntarios ha sido excelente en diferentes aspectos, primero, quiero resaltar el profesionalismo de los integrantes de la ROC quienes nos han brindado asesoría y capacitación en los temas de la protección de la franja dunar que bordea a nuestra comunidad desde el día uno; así como también la calidad humana; su buena disposición, el entusiasmo para reunirnos a pensar y conversar sobre las estrategias que son necesarias implementar para continuar generando conciencia entre nuestros vecinos y visitantes. También, se ha involucrado un actor muy importante, como lo es la Inmobiliaria Serena Golf, quienes se han comprometido a apoyarnos también en esta tarea de cuidar el medio ambiente”, cuenta Lina María Céspedes, Presidenta de la JJVV Serena Golf.

Voluntarios instalando cercos de exclusión

Tras el trabajo realizado junto a diversas organizaciones, en temáticas de educación ambiental y conservación, Lina Maria Céspedes, menciona que han tenido muchas mejoras. “Como resultado del trabajo realizado en nuestra comunidad, ahora los vecinos identifican al pilpilén y el chorlo nevado fácilmente. Cada vez más niños están informados sobre el cuidado del medio ambiente, de manera que motivan a los padres y adultos a involucrarse activamente. Todas las acciones van fortaleciendo a las personas motivadas en este tema y también ayudan a sensibilizar a otros gradualmente. Cada vez la comunidad está más informada sobre la importancia de vivir en un lugar relevante para la existencia de las aves playeras, muchos recibieron con emoción la noticia de los polluelos”, cuenta.

Una nueva temporada que invita a resguardar

Con el objetivo de dar continuidad a los monitoreos de temporadas anteriores, conocer la cantidad de nidos presentes y determinar su éxito reproductivo, voluntarios y voluntarias ROC comenzaron a monitorear en septiembre 2025 la Bahía de Coquimbo, específicamente el cordón dunar presente entre Serena Golf y Punta Teatinos.

De acuerdo con Geraldine Holtmann,Gestora Territorial ROC en la Región de Coquimbo​​​, “Durante estos primeros meses de actividad reproductiva (desde septiembre 2025) hemos podido identificar más de 40 nidos de pilpilén común en el trayecto de Serena Golf a Punta Teatinos, un tramo de casi 4 km de extensión, cuyos huevos ya eclosionaron, logrando observar crías de hasta 28 días. Incluso, en el último monitoreo que hemos realizado en octubre, encontramos el primer nido de chorlo nevado. Esperamos prontamente encontrar más, ya que en la temporada 2024-2025 registramos 6 nidos activos con 17 huevos en total, de los cuales el 100% eclosionó”.

Huevos y polluelos de pilpilén común – Geraldine Holtmann / Bastián Fernández
Pilpilén común adulto y polluelo – Geraldine Holtmann

Con el mismo objetivo, integrantes de Acción Humedal y RedAves han estado monitoreando sectores aledaños al Humedal Río Elqui, entre el Faro de La Serena y la Caleta San Pedro para determinar la cantidad de nidos de pilpilén común presentes y su éxito reproductivo. Laura Valdivia de RedAves, explica que “solo en el sector de Laguna de Mar hemos encontrado 3 nidos y ya hay tres pollitos. Lamentablemente, también contamos con algunos adultos que han sido atacados por perros”.

Respecto a una evaluación de las temporadas anteriores de monitoreo, Bastián Fernández, voluntario del Humedal río Elqui y monitor ROC, explica que “si bien, ya comenzó la temporada reproductiva (septiembre-marzo), aún es muy temprano para tener una comparativa concreta. Por ahora tenemos similitud de parejas reproductivas exitosas, que al igual que en temporadas anteriores, ya lograron tener polluelos y otras esperan a que eclosionen sus huevos. Esta sería la tercera temporada consecutiva que logran su éxito reproductivo”, cuenta.

Sin embargo, tal como mencionamos anteriormente, han quedado en evidencia durante los monitoreos, las amenazas que enfrentan las aves playeras, y en específico el pilpilén común durante su época reproductiva. Es por esto que hacemos un llamado a la comunidad a evitar transitar, ya sea en vehículos motorizados y/o con perros por zonas de dunas y playas donde las aves nidifican. También se recomienda mantener a las mascotas con correa, y evitar generar aglomeraciones cercanas a los nidos, y por supuesto no tocar huevos o polluelos.

Perro con pilpilén común – Bastián Fernández

Cada pequeña acción cuenta para proteger a estas especies que, año a año, buscan su espacio en la zona norte de la Bahía de Coquimbo para reproducirse. Hoy, la nueva temporada reproductiva trae consigo nuevos nidos y esperanzas. Los primeros registros de este año ya muestran más de treinta nidos activos en la Bahía de Coquimbo, con los primeros polluelos desplazándose entre la arena y las dunas. De esta manera, el monitoreo de nidos se convierte en una herramienta indispensable para su protección, pero también una invitación a mirar la playa y las dunas con otros ojos.

El pilpilén común y el chorlo nevado nos recuerdan que las playas no solo son paisajes de recreación, sino también hogares vivos que requieren respeto y protección. El involucramiento de la comunidad junto con la colaboración y la articulación entre múltiples organizaciones e instituciones es fundamental para la protección y restauración de los ecosistemas costeros de la bahía de Coquimbo. ¡Esperemos que sea una exitosa temporada reproductiva!

Chorlo nevado y pilpilén común (fondo) – Geraldine Holtmann